Esta pregunta es común y se debe, no en menor manera, al hecho de que muchos asesores de inversión, e incluso corredores de valores, se hacen llamar asesores financieros.
Cuando nos referimos a asesoría financiera estamos pensando en ayudar a las personas en la toma de decisiones en cualquier aspecto de las finanzas de personas o empresas, es decir, la asesoría financiera tiene un campo de acción más amplio y busca ordenar una gran cantidad de aspectos a través de una planificación financiera. A manera de ejemplo, la asesoría financiera suele empezar por un análisis de los flujos de caja, es decir, el dinero que ingresa y egresa en un período de tiempo. De allí suele ir hacia un estudio de la estructura del balance, es decir, comprender los activos y los pasivos que financian la inversión y el consumo. El siguiente paso suele ser establecer reglas para poder alcanzar ciertos objetivos de volumen de activos o de reducción o restructuración de pasivos, así como sugerir los productos idóneos para tales fines tomando en consideración gastos e impuestos. Como paso siguiente, se suelen identificar los riesgos presentes y posibles y sus coberturas. Como último paso, se suele pensar en formas de protección del patrimonio y en la planificación de su distribución presente o futura, bien sea a sus dueños o a otros beneficiarios.
La asesoría de inversión, por su lado, presupone que existe claridad en cuanto a los objetivos que se pretenden alcanzar con el resultado de dichas inversiones. Por esta razón, nos gusta pensar que todo mandato de asesoría de inversión tuvo una asesoría financiera previa que sirvió para definir los objetivos en términos de rentabilidad y riesgo, así como la identificación de la estrategia idónea para alcanzarlo. Con estos parámetros, el asesor de inversión está capacitado para ayudar a escoger la mejor manera de implementar dicha estrategia. Una vez implementada, el asesor de inversión estará haciendo ajustes y monitoreando los resultados para reportar si se están logrando los objetivos o si es necesario hacer algún cambio en el plan. Del mismo modo, se puede presuponer que algunos cambios en el plan financiero, como producto de la asesoría recurrente, podrían repercutir en las carteras de inversiones. Por esta razón, es sumamente importante que exista una buena comunicación entre el asesor financiero y el de inversión (mejor aún si fueran la misma persona o grupo de personas) para mantener alineados los objetivos con la implementación.
Ambos tipos de asesoría son de alto valor pues cada uno tiene un propósito, alcance y profundidad diferentes. De más está decir que existen asesores financieros que ofrecen asesoría de inversión de forma limitada y viceversa. Un asesor integral que pueda cubrir ambas partes de forma adecuada será más eficaz.