Nuestro amigo nos pregunta, ¿qué son esos déficits de los que todo el mundo habla y cómo nos afectan?
Hay dos déficits de los que todo el mundo habla: el déficit comercial y el déficit fiscal. Ambos pueden afectarse mutuamente e interactúan con un tercer balance que es el de la cuenta de flujos de capital y financieros[1].
El balance comercial mide la diferencia entre exportaciones e importaciones. El balance fiscal la diferencia entre los ingresos (impuestos) y gastos del gobierno. Y el balance de la cuenta de capital mide la diferencia entre las inversiones que entran y salen del país. Estos tres balances pueden compensar o reforzarse mutuamente como veremos a continuación.
Un déficit en el balance comercial, es decir, cuando se importa más de lo que se exporta, conlleva a una acumulación de moneda local (dólares) en manos de los países exportadores[2].
Aquí debemos traer a la discusión un concepto importante y es el de moneda de reserva pues las cosas funcionan de forma distinta si se trata de una moneda de reserva o no. El dólar americano es una moneda de reserva, eso significa no solo que es la moneda intermediaria[3] en la mayoría de las transacciones comerciales, sino que es la moneda que el resto del mundo tiene menos problemas en retener, no solo porque es estable, segura y fácil de invertir[4] sino porque hay demanda por ella.
El efecto usual en la mayoría de los países con déficits comerciales sería una depreciación de la moneda local debido al desbalance entre los compradores (importadores) y vendedores (exportadores) de moneda extranjera (moneda de reserva). Dicha depreciación de la moneda local encarecería las importaciones y abarataría las exportaciones llevando a una restauración del balance comercial. En el caso de un país con déficit comercial y con una moneda de reserva este efecto no es tan marcado dado que no hay compraventa de moneda extranjera (moneda de reserva).
Aquí vale la pena mencionar el efecto del balance fiscal. Un país con déficit fiscal debe emitir deuda para cubrir los gastos porque su ingreso por impuestos no es suficiente. Un país con déficit fiscal y moneda de reserva (EE. UU.) se puede dar el lujo de emitir deuda en su propia moneda porque hay suficientes compradores dentro y fuera del país dispuestos a comprarla. Esta situación le viene como anillo al dedo al país exportador que ha ido acumulando dólares americanos y necesita invertirlos de forma segura y líquida. En este sentido, la combinación de déficit comercial y déficit fiscal, ante la presencia de una moneda de reserva, se refuerzan mutuamente. De más está decir que la disciplina fiscal es menos importante si estás en capacidad de financiar los déficits fiscales con relativa facilidad.
Con esto llegamos al tercer balance, el de la cuenta de capital. Las inversiones de extranjeros en títulos de deuda pública son contabilizadas en la cuenta de capital, lo mismo con las inversiones en infraestructura y las inversiones de portafolio en mercados de capitales públicos y privados. Al tener los Estados Unidos un mercado de capitales muy desarrollado, y muchas oportunidades de inversión derivadas de su sistema legal-económico y dinamismo, las entradas de capitales son superavitarias, reforzando la fortaleza del dólar americano, y la posibilidad de sostener los déficits fiscal y comercial.
En resumen, el equilibrio actual que incluye un dólar fuerte, déficit fiscal y déficit comercial se refuerza a sí mismo, pero no es viable a largo plazo dado que eventualmente ocurrirá lo que ya ha ocurrido: desindustrialización, dependencia estratégica, problemas sociales, y deuda pública elevada.
La respuesta a nuestro amigo pasa por alertarlo acerca de un cambio de régimen, que puede ser ordenado y paulatino o muy abrupto, tendiendo hacia un nuevo equilibrio donde se le ponga coto a la sobrevaloración del dólar americano, lo cual repercute en el costo y volumen de las importaciones e inversiones, y en la necesidad de prestarle más atención al equilibrio fiscal. Todo lo anterior augura una combinación de inflación y tasas de interés ligeramente más altas, e incluso la posibilidad de impuestos[5] más altos.
Para un análisis en profundidad, por favor ver el trabajo de investigación preparado por Maurice Obstfeld aquí: https://www.brookings.edu/articles/the-us-trade-deficit-myths-and-realities/
Aviso: La información proporcionada en este documento es solo para fines educativos. Portfolio Resources Group no garantiza la exactitud de ninguna recomendación fiscal, ya que no brindamos asesoramiento fiscal o legal. Consulte a un profesional de impuestos para asegurarse de que las recomendaciones sean apropiadas para su situación particular.
[1] En esta nota hablaremos de cuenta de capital juntando ambos conceptos que técnicamente son distintos.
[2] En la cadena de causación el exportador extranjero retiene los dólares o se los vende a su banco quien los retiene o se los vende al banco central. Al final, alguien los retiene en el país exportador.
[3] En el caso de un brasilero exportando a Egipto, el importador egipcio convierte sus libras egipcias en dólares americanos a través de su banco local y banco central, el exportador brasilero recibe los dólares americanos y los convierte en reales brasileros a través de su banco local y banco central. El banco central de Brasil no tiene demasiado problema en quedarse con esos dólares americanos.
[4] El mercado de bonos y notas del Tesoro Americano, y sus productos derivados, es el más grande y líquido del mundo.
[5] Tendemos a pensar en impuestos sobre los ingresos, pero existen otros tipos de impuestos, incluidos los aranceles, herencias, valor añadido, etc., con los cuales el gobierno podría buscar equilibrar su presupuesto.