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10/21/2023

Antes de empezar a ahondar en productos, estrategias, o en lo que sucede en los mercados, pareciera prudente explicar por qué hago lo que hago.

Emigrar es duro, no hace falta describirlo porque quienes lo han hecho lo saben. Las prioridades cambian y se reducen a estar siempre agradecido, adaptarse y buscar tener éxito. Al principio, el estudio o trabajo lo son casi todo; se le dedica tiempo a la familia y, si se puede, un poco al descanso y esparcimiento. Bien sea que se llegue a estudiar, trabajar como empleado o como emprendedor, quien emigra sabe que no hay mucho espacio para el fracaso y que por ello hay que ponerle mucho empeño, aprendiendo rápido para cerrar las brechas. Y así son las cosas por un tiempo, usualmente más largo de lo que uno previó. Sin embargo, eventualmente nos estabilizamos, nos detenemos a ver el camino recorrido y es en ese punto cuando nos preguntamos cómo vamos.

Por otro lado, emigrar a un país desarrollado implica descubrir que muchas cosas pueden ser mucho más sencillas, pero también que el desarrollo conlleva mayor complejidad en ciertos aspectos a los que no estábamos acostumbrados. Por ejemplo, la diversidad de productos disponibles, y la cantidad de leyes y regulaciones, por nombrar un par de ellos.

Quienes emigraron como adultos llevan consigo cierta cultura, ideas y preconcepciones que deben adaptar a la nueva realidad. La idea que nos concierne en este momento se refiere al concepto de planificación financiera. En este país, más que en otros, prevalece el concepto de que cada uno debe hacerse cargo de sí mismo y, quizá por esa misma razón, existe una inmensa variedad de productos, en ocasiones bajo distintos marcos regulatorios, que permiten lograr un mismo objetivo.

Entonces, si por una parte combinamos un período largo donde la prioridad ha sido asentarse y levantar una familia, y por la otra unos marcos de referencia y operación muy distintos a los que nos son familiares podemos intuir que algunas personas podrían sentirse ansiosas al intentar responder a la pregunta: ¿cómo vamos?

Es en ese punto que un asesor experto y de confianza puede hacer una gran diferencia explicando y guiando los cambios para llegar a tener una situación financiera adecuada a las necesidades actuales y futuras. Si bien lo ideal hubiera sido tener cierta planificación y orden desde el principio, nunca es tarde para hacer ajustes y mejorar la situación.

Hago lo que hago porque el tipo de trabajo que tuve desde que emigré me llevó a estudiar y comprender este nuevo marco de referencia y cómo operan los productos financieros, poniéndome en una posición de ventaja para poder ayudar a otros que no tuvieron esa oportunidad.

Autor: Roberto Isasi VOLVER